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Hacer limpieza general siempre da pereza. Nos pasa a todos. Pero es verdad que después del verano se hace más necesario porque nos relajamos más de la cuenta, o al haber estado fuera o de vacaciones, se pierden hábitos y rutinas, y el orden se resiente. Para que no te cueste tanto y taches cuanto antes la tarea de la lista de pendientes, toma nota de estas claves y olvídate una buena temporada del problema. Echa un ojo a tu calendario y traza un plan de actuación de forma que antes de octubre quede todo hecho.
1. Cristales y persianas
Tras el verano, uno de los puntos que con más urgencia pedirá su limpieza serán los ventanales. Seguro que están llenos de polvo y suciedad, fruto de las tormentas estivales. Recuerda que las persianas y sus marcos se deben dejar a punto. Y que las cajas en las que se ocultan, también acumulan suciedad. Por seguridad, en caso de ser cristales de difícil acceso y para conseguir un acabado más perfecto, tienes la opción de encargar la limpieza profesional o de recurrir a la tecnología. Los robots limpiacristales son una alternativa eficaz (de momento, no muy asequible). Y no te olvides de las puertas e interruptores. Lo más probable es que necesiten también un repaso. Ayúdate de una bayeta húmeda con agua y vinagre para dejarlos, ¡perfectos!
2. Colchones
Ácaros, polvo, manchas de sudor... Las fundas necesitarán una limpieza a fondo, según las instrucciones del fabricante. En cuanto al colchón, limpiarlo es imprescindible para conseguir un sueño saludable. Si es un modelo de los que necesita dar la vuelta cada 6 meses, hazlo ahora. Para ello, puedes esparcir sobre toda la base bicarbonato de sodio y una mezcla de agua oxigenada, con unas gotas de tu esencia favorita. Dejarlo actuar 1 hora y frotar toda la superficie con un cepillo. Para terminar, se aspiran los restos y se deja secar al aire o al sol. Los fabricantes recomiendan limpiar el colchón al menos una vez al año, con un aspirador con filtro HEPA. Es un buen momento para sacar la ropa de cama de otoño, lavarla y dejarla a mano.
3. La chimenea
Hacer limpieza general siempre da pereza. Nos pasa a todos. Pero es verdad que después del verano se hace más necesario porque nos relajamos más de la cuenta, o al haber estado fuera o de vacaciones, se pierden hábitos y rutinas, y el orden se resiente. Para que no te cueste tanto y taches cuanto antes la tarea de la lista de pendientes, toma nota de estas claves y olvídate una buena temporada del problema. Echa un ojo a tu calendario y traza un plan de actuación de forma que antes de octubre quede todo hecho. 1. Cristales y persianas Tras el verano, uno de los puntos que con más urgencia pedirá su limpieza serán los ventanales. Seguro que están llenos de polvo y suciedad, fruto de las tormentas estivales. Recuerda que las persianas y sus marcos se deben dejar a punto. Y que las cajas en las que se ocultan, también acumulan suciedad. Por seguridad, en caso de ser cristales de difícil acceso y para conseguir un acabado más perfecto, tienes la opción de encargar la limpieza profesional o de recurrir a la tecnología. Los robots limpiacristales son una alternativa eficaz (de momento, no muy asequible). Y no te olvides de las puertas e interruptores. Lo más probable es que necesiten también un repaso. Ayúdate de una bayeta húmeda con agua y vinagre para dejarlos, ¡perfectos! 2. Colchones
Ácaros, polvo, manchas de sudor... Las fundas necesitarán una limpieza a fondo, según las instrucciones del fabricante. En cuanto al colchón, limpiarlo es imprescindible para conseguir un sueño saludable. Si es un modelo de los que necesita dar la vuelta cada 6 meses, hazlo ahora. Para ello, puedes esparcir sobre toda la base bicarbonato de sodio y una mezcla de agua oxigenada, con unas gotas de tu esencia favorita. Dejarlo actuar 1 hora y frotar toda la superficie con un cepillo. Para terminar, se aspiran los restos y se deja secar al aire o al sol. Los fabricantes recomiendan limpiar el colchón al menos una vez al año, con un aspirador con filtro HEPA. Es un buen momento para sacar la ropa de cama de otoño, lavarla y dejarla a mano. 3. La chimenea ¿Tienes la suerte de contar con una en casa? Pues ahora es el momento de dejarla lista para los primeros fríos. Tanto si es de leña, como de gas o decorativa, tendrás que preparar las salidas. Comprueba que no están obstruidas, y deja reluciente el cristal. Es muy importante comprobar que el sellado de la puerta es correcto y deshollinar la chimenea para garantizar una buena combustión. Se puede hacer una limpieza profesional o mecánica, u otra con productos químicos. Si nunca lo has hecho, consulta primero con un profesional. Solo rendirá al 100% si está perfectamente limpia.
4. La tapicería del sofá y las cortinas
En verano las ventanas pasan muchas horas abiertas, el polvo entra dentro de casa y se fija en todas las tapicerías. Es momento de retirar las cortinas y lavarlas (puedes colgarlas húmedas para que terminen de secarse sin arrugas, aprovechando que aún hace buen tiempo) y de dejar de nuevo a punto el sofá. Si tenía funda, es momento de lavarla. Si no, aspira el polvo y comprueba que no existan manchas. Las superficiales salen con espumas de limpieza, las profundas quizás necesiten un tratamiento con vapor. Aprovecha para lavar fundas y rellenos de los cojines y para cambiar el modelo por otro más otoñal. ¿Y las alfombras? No las guardes sin limpiar. Hay que aspirarlas y frotar sus manchas. Dependiendo del material, quizás este sea un buen momento para llevarlas a la tintorería.