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La construcción necesita incorporar 8.000 trabajadores para no quedarse sin relevo
Faltan encofradores, alicatadores, instaladores y maquinistas para la obra pública, entre otros perfiles
Imagen de archivo de dos alumnos de la Fundación Laboral de la Construcción haciendo prácticas en las instalaciones de este centro de formación en Villanueva de Gállego de Zaragoza.Raquel Labodía
Sin encontrar mano de obra cualificada. Así está el sector de la construcción. «Necesitamos entre 8.000 y 10.000 profesionales en Aragón en el corto y medio plazo para atender toda la demanda en rehabilitación de viviendas y obra nueva sostenible que generará la llegada de los fondos europeos», asegura Vicente Lafuente, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción. «No hay apenas jóvenes que quieran trabajar en este sector», dice. «Es un problema que preocupa mucho a las empresas. Se están demorando algunas obras porque no encuentran personal», añade. «Faltan desde encofradores a ferrallistas, instaladores, carpinteros, alicatadores, fontaneros, electricistas, gruistas y maquinistas de obra pública. Se los quitan unas empresas a otras», constata Manolo Grande, de UGT Aragón, que critica lo poco que se invierte en formación. "Desde la crisis de 2008 muchos profesionales han abandonado el sector de la construcción, ahora falto de personal", constata Fernando Baraza, responsable de la Federación del ramo de CC. OO. Aragón. "Con los planes de recuperación económica tras la covid-19 y los fondos que van a venir de la Unión Europea se prevé más inversión en rehabilitación", con lo que, asegura, "la necesidad se hace más acuciante". Máxime, explica, cuando ya "veníamos de una falta de trabajadores para la obra pública, que ahora se haría extensiva a la rehabilitación y la vivienda residencial". Es esencial, dice Baraza, "apostar por la formación continua ya que se van a necesitar trabajadores que sepan construir con criterios medioambientales", destaca.
"Es importante haber recibido 7.000 millones para la construcción y hay que sacarles el máximo partido con proyectos muy exigentes en eficiencia energética que empleen a mano de obra cualificada", indica Baraza, y ayuden a la transformación del sector hacia la sostenibilidad y una aportación de mayor valor añadido. «No es un problema solo de España. La UE ya ha dicho que necesitará miles de inmigrantes para cubrir la carencia de profesionales. Tras la pandemia, se espera un repunte de actividad en obra pública y privada y falta mano de obra cualificada», advierte Lafuente. Según el estudio realizado por la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) cuando lleguen los fondos europeos, destinados a impulsar la eficiencia energética y la sostenibilidad en la edificación, se necesitarán en España 800.000 trabajadores más de la construcción, además del 1,2 millones que emplea el sector en la actualidad. «Aragón supone un 3% de la construcción a nivel nacional, lo que significa que precisará de 8.000 a 10.000», indica Lafuente, junto a los 33.500 ocupados en esta actividad, según datos de UGT. «No hemos hecho que el sector sea suficientemente atractivo. Muchos albañiles de toda la vida están en edad de jubilarse y va a ser difícil darles relevo. Antes de la crisis de 2008, el sector atraía a mucha gente por los buenos salarios, pero después el paro hizo que mucho migraran hacia sectores industriales y no han vuelto», explica Juan Carlos Bandrés, director general del Grupo Lobe y presidente de la Asociación de Constructores promotores de Zaragoza (ACPZ) y de la Confederación de empresarios del sector en Aragón. «No hay suficientes vocaciones. El tamaño de las empresas en Aragón tampoco ayuda. Los jóvenes prefieren el nombre, trabajar para multinacionales que les ofrezcan estabilidad y poder hacer ahí su carrera profesional», reconoce. «Con la crisis, mucho trabajador de la construcción tuvo que reciclarse; otra buena parte se ha jubilado o está a punto de hacerlo. No ha habido sustitución de padres a hijos», constata Francisco Aguado, de OHL, adjudicataria de la sexta terminal de carga del Aeropuerto de Zaragoza. «De lo que son encofradores, albañiles, los trabajos de la obra que requieren mayor fuerza física, apenas se encuentran profesionales en España. La mayoría son portugueses o rumanos», indica.